Tres puntos y poco más

 

La UD Ibiza venció este sábado al Real Madrid Castilla gracias a un gol de Naranjo (0-1), lo que supuso el primer triunfo de los celestes esta temporada. Los tres puntos son un valioso botín para el equipo entrenado por Martí, al que parece que le queda muchísimo para estar perfectamente ensamblado. Pero bien es cierto que desde las victorias se trabaja mejor y se afronta el futuro con más optimismo. Viendo la botella medio llena, hay que decir que el bloque pitiuso no ha perdido todavía, pero su juego podría usarse como pastilla para conciliar el sueño, como un medicamento generador de bostezos y aburrimiento entre los aficionados. Aunque mientras que la máquina se engrasa, es casi una obligación puntuar para no perder de vista el vagón delantero.

 

Lo de la temporada pasada también debe servir como aviso. Puestos a pedir, lo ideal es ser un equipo dominador desde el principio, pero visto que no es el caso casi es preferible ir de menos a más. Ir mejorando poco a poco, para llegar a la parte decisiva de la competición en condiciones de conquistar el campeonato del grupo 2 y, por ende, ascender de forma directa. Ese es el premio gordo, con el objetivo de intentar evitar de eliminatorias de ‘play-off’ a vida o muerte.

 

En el cómputo general, el Ibiza disputó un encuentro mediocre, con una primera parte bochornosa y una segunda algo más aceptable, pero tampoco para tirar cohetes. Probablemente, de las peores que se hayan visto en las últimas temporadas. Enfrente había un Castilla que seguramente es de los de menos temidos de los últimos tiempos, casi un Real Madrid C compuesto por entusiastas futbolistas que persiguen el sueño de formar parte del primer equipo madridista algún día.

 

Lo mejor del Ibiza fue el portero Ramón Juan, que con sus paradas (varias y de mucho mérito) evitó la igualada madridista. Hay portero, un porterazo. También estuvo muy bien la defensa, especialmente hombres como Iago Indias y Guillem Molina, que dieron empaque a una zaga que se mostró bastante segura. Entre el guardameta y su guardia pretoriana consiguieron la primera portería a cero del curso. Además, Jesús Álvarez siguió siendo lo mejor del centro del campo, pero parece estar muy solo en la medular. Arriba falta ver quién será el líder del ataque.

 

Los isleños protagonizaron una primera parte horrible, indigna de un equipo que quiere regresar a Segunda División. En muchas fases de esos 45 minutos iniciales, los de Martí fueron casi incapaces de trenzar tres pases seguidos y de combinar para crear algo de peligro. Algo inaceptable para un equipo con esa plantilla. Tampoco igualaron la intensidad del rival y volvieron a ser un conjunto anodino, demasiado lento en la circulación del balón y falto de ideas. Poque cuando falta el fútbol el ímpetu es innegociable. Además, se toparon con la lesión de Mo Dauda, adversidad que trastocó pronto lo planes de Martí. Aunque los celestes se fueron al descanso con 0-0 y con todo por decidir. Esa fue la mejor de las noticias.

 

En la segunda mitad, el Ibiza mejoró algo y buscó con más determinación la portería defendida por Fran González. Por fin despertó de su letargo Álex Gallar, acostumbrado a sestear ya en muchos partidos. Cuando el ‘10’ quiso, activó el juego ofensivo de su equipo. Calidad le sobra a raudales. Otro cantar son las ganas. De un pase suyo salió el balón que remató Naranjo con la testa para marcar el que acabaría siendo el 0-1. A partir de ahí, poco más de los celestes, que defendieron con fe su tesoro. Esperemos que sea la primera de muchas victorias, pero sigue faltando mucho para que el Ibiza sea, con garantías, un equipo aspirante a regresar al fútbol profesional.

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