Cuesta abajo y sin frenos
La UD Ibiza no levanta cabeza. Ni lo hará si no se producen cambios drásticos y un reseteo total en el primer equipo. No voy a ser yo quien diga qué se tiene que hacer, porque para eso están los dirigentes del club y el técnico, pero parece claro que se deben tomar medidas. El equipo ibicenco, todavía entrenado por Pep Lluís Martí, encajó su tercera derrota consecutiva, perdiendo frente al Betis Deportivo por 1-2. No fue un mal partido de los celestes, pero no bastó con una mejor actitud y una mayor predisposición. No era difícil maquillar el despropósito de la eliminación de la Copa del Rey frente al Conquense, pero siguen faltando muchas cosas para ser realmente competitivos.
Contra rivales bien trabajados, no da sólo con buena actitud. Se necesita más fútbol, se requieren soluciones y variantes cuando los partidos se complican, atrevimiento, valentía, raza, coraje, amor propio… Un sinfín de cosas de las que el Ibiza parece que carece. Ya se agotó la flor y la fortuna de un bloque celeste que está fuera de los puestos de ‘play-off’ y que desperdició otra oportunidad de colocarse líder del grupo 2 de Primera RFEF, empatado a puntos con un Real Murcia que sufrió un correctivo frente el Ceuta (4-2). Los cachorros verdiblancos fueron más ambiciosos que el Ibiza, tuvieron más determinación y arriesgaron y apostaron más para ganar. Y cuando uno acumula más ingredientes para vencer, tiene más opciones de cocinar un triunfo. Ese fue el que el Betis Deportivo consiguió con todo merecimiento. Sin discusión alguna.
El bloque pitiuso jugó una primera parte decente, correcta, liderado por un gran Álex Gallar que marcó un golazo desde la frontal del área para adelantar a los suyos (1-0). El catalán sí que fue el futbolista de calidad que todos conocemos, pero no es de recibo que su mejor versión aparezca de higos a brevas. “Hoy sí que quiere jugar”, se comentaba en el descanso del partido, en el que había sonrisas entre la afición del Ibiza, que a poco que le dan algo lo disfruta. También estuvo mejor Quique, el delantero llegado a marcar diferencias y que después de once jornadas sigue sin hacerlo. Se vieron algunas de las cosas que puede ofrecer, pero su aportación continúa siendo totalmente insuficiente. En ese primer tiempo, los celestes fallaron una ocasión clara para ponerse con mayor ventaja, pero Arturo Molina no atinó en el mano a mano con el portero visitante. De haberlo hecho, habría significado el 2-0 que a lo mejor hubiera cambiado las cosas. El día que Ibiza marque más de un gol será motivo de fiesta local.
En la segunda mitad, la alegría de la parroquia celeste se tradujo en otra decepción. Una vez más, el Ibiza de Martí perdió fuelle en la reanudación, a la vez que el filial bético se retroalimentaba y ganaba enteros. Tanto que Souleymane empató el choque (1-1) a los pocos minutos de que los futbolistas volvieran al césped; mientras que cuando quedaba poco menos de un cuarto de hora fue Dani Pérez el que le dio la vuelta al encuentro con un gol que hacía justicia al ímpetu visitante (1-2). Y eso que Escassi pudo rescatar un punto en el descuento, pero su tiro dentro del área lo desvió el portero Gilherme con un paradón que valió tres puntos para los suyos. El Ibiza de Martí, que parece sufrir bajones físicos en las segundas partes, jugó con fuego, especuló con el 1-0 y se acabó quemando. El Betis Deportivo, por el contrario, obtuvo el premio a su fe y sale líder provisional. Así lo celebraron al concluir el encuentro. No es para menos.
O mejoran las cosas, o la desconexión con la afición irá, tristemente, cada vez a más. En Ibiza cuesta mucho fidelizar a los aficionados, pero basta con acumular unos pocos despropósitos para que el estadio acabe prácticamente vacío. Ese es otro debate que habría que abrir en otro momento. Por ahora, sólo queda este Ibiza mute como un camaleón. Su entrenador cree que es posible. “Nosotros tenemos una confianza plena en lo que hacemos y en cómo lo hacen los jugadores. No tengo ningún tipo duda de que el equipo va a estar arriba al final de la temporada”, explicó Martí en rueda de prensa. Esperemos que tenga razón, pero actualmente no hay motivos para creer que puede ser así.