Del hundimiento a la resurrección

Después de tres derrotas consecutivas, la UD Ibiza vio la luz en Alcorcón. Lo hizo con una victoria en el tiempo de descuento (1-2) y remontando el tanto de los madrileños, que hicieron más méritos para ganar, pero que se quedaron sin nada. Los tres puntos se los llevaron los celestes, que acaban el año con un subidón moral que puede ser clave para el futuro. Una dosis de autoestima y de confianza. Un suplemento vitamínico para que en 2025 se pueda conseguir el deseado regreso a Segunda División.

En Alcorcón se produjo un pequeño milagro navideño que puede significar el punto de inflexión que necesita el equipo que entrena Paco Jémez. Siempre, desde las victorias se construye mejor. Y el Ibiza (y su paciente afición) necesitaba una alegría de este tipo.Ahora toca descansar y reflexionar, pero la llegada de refuerzos que apuntalen la plantilla sigue siendo necesaria. Y para que puedan entrar futbolistas deben salir otros.A pesar del oasis hallado en el municipal de Santo Domingo, hay jugadores que no han dado la talla y que deberían marcharse. Lo que debía haber sido una Navidad tranquila en los despachos de Can Misses probablemente sea todo lo contrario si se cumplen los pronósticos de que habrá movimientos en el equipo.

Pero incluso con nuevos fichajes, el Ibiza debe mejorar bastante si quiere ser un serio aspirante al ascenso de categoría. Lo positivo es que quedan aún 20 partidos por delante para continuar escalando, para dignificar el proyecto y para lograr el objetivo. A favor de los celestes está también la igualdad de la categoría. Si los de Jémez consiguen encadenar varias victorias seguidas continuarán escalando hasta la zona alta. Pero habrá que trabajar duro y protagonizar una perfecta segunda vuelta. De hecho, hasta aún queda un partido de la primera.

En líneas generales, el Ibiza protagonizó un partido sin demasiados alardes en Madrid. Un día más en la oficina para los isleños, que estuvieron faltos de ideas. Correctos, pero espesos. Salvados por la campana en un arreón de orgullo que evitó lo que hubiera sido “un palo muy duro”, un “golpe difícil de superar”, manifestó Jémez en la rueda de prensa. “Por la situación del equipo, me parece tremendamente importante la victoria de hoy”, recalcó. No le falta razón al reputado técnico, que ahora podrá pedir su particular carta a los Reyes Magos. Veremos lo que pide (si pide algo) y lo que le traen.

En la primera mitad, el Alcorcón tuvo algo más de presencia ofensiva, el árbitro perdonó un penalti a los de Jémez y Quique estrelló un balón en el larguero que pudo adelantar a los pitiusos. La actuación de los visitantes tampoco fue para tirar cohetes, aunque se mantuvieron sólidos para llegar al descanso con todo por decidir. Viniendo de donde venían, con tres partidos perdidos de forma consecutiva, tocaba trabajar más que brillar. Y fue lo que se hizo.

En la segunda parte, los locales estrellaron dos balones en los palos y se frustraron con el potero Belman, que una vez más fue el mejor jugador del Ibiza. Va a ser difícil que el guardameta alicantino pierda una titularidad que se ha ganado a pulso, firmando actuaciones brillantes que se traducen en puntos para su equipo. La insistencia amarilla tuvo premio, con el tanto de Vladys. El gol pareció encorajinar al Ibiza. “Cuando peor lo teníamos, el equipo ha aparecido”, declaró Jémez. De repente, se vio que el Ibiza sí que tiene amor propio, sí que tiene orgullo. Nunca es tarde si la dicha es buena. Con un penalti transformado por Gallar y un gol de Quique González, en el descuento, los celestes le daban la vuelta a la situación. Bendita locura futbolística.

En un grupo de Whatsapp en el que estoy, un aficionado se preguntaba por qué se veía la mejor versión del Ibiza con el equipo contra las cuerdas. Yo también me lo pregunto. Esta vez la pelotita quiso entrar y se pasó del hundimiento a la resurrección. Es el acierto el que dicta sentencia en el mundo del fútbol. El que imparte justicia, a veces de forma incomprensible. Y así seguirá siendo siempre en este precioso deporte. Ha sido el acierto el que deja al Ibiza a sólo un punto de la fase de ascenso a la categoría de plata; a ocho puntos del sorprendente líder, el Antequera; y seis puntos por encima del descenso, para calmar a los taquicárdicos. Lo mejor está por venir.

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