Paco Jémez tenía razón
Cuando Paco Jémez llegó para entrenar a la UD Ibiza afirmó que venía para ser campeón. El mensaje le pudo parecer a muchos pretencioso, atrevido, como quieran llamarle. Tres meses después, tras un arduo trabajo y una profunda remodelación de la plantilla, que era más que necesaria, se ha demostrado que el técnico cordobés tenía razón y que no iba de farol. Concluida la 24ª jornada, tras sumar la cuarta victoria consecutiva, los celestes se afianzan en el tercer puesto. Pero lo mejor es que el equipo ibicenco está a un punto del Murcia (segundo clasificado) y a tres del Antequera (el líder). Todavía no son campeones, pero al menos se han puesto en disposición de pelear por ello. Después, el fútbol dictará sentencia.
En su primer partido al frente del Ibiza, en su segunda etapa, Jémez consiguió una revitalizadora victoria frente al Marbella (2-0) que pareció cambiar el rumbo de los acontecimientos, tras la anodina etapa de Pep Lluís Martí como técnico. Se le dio continuidad ganando por la mínima al Sevilla Atlético (0-1). Pero luego vino una etapade penumbra en la que sólo se sumaron cuatro puntos de 18 posibles, con cuatro derrotas en seis partidos.
Lejos de flaquear, Jémez siguió trabajando para alcanzar el momento dulce de ahora, con cuatro victorias consecutivas y metiendo miedo a los rivales. Ahora el Ibiza sí que es el Ibiza que todos temían a principios de temporada, para felicidad de una afición muy necesitada de alegrías.
Jémez ahora sí le ha cambiado la cara al Ibiza. Ha encontrado el equilibrio que buscaba y que tanto ha costado. Marcar goles era una penitencia para los celestes, pero en cuatro partidos se han conseguido trece. En toda la etapa de Martí (con 12 partidos de Liga y uno de Copa del Rey), los celestes sumaron ocho. El balance de tantos a favor y en contra ya está en positivo (28 a 22) y el Ibiza es, junto con el Sevilla Atlético, el equipo más en forma del grupo 2 de Primera Federación. Además, el Ibiza es el segundo mejor visitante de su conferencia y el duodécimo mejor local. Pero Can Misses vuelve a vibrar como nunca con su escuadra y esos registros en casa seguro que mejorarán. Por ahí también pasa la consecución del objetivo final.
El entrenador de los pitiusos le ha apretado las tuercas a jugadores (no todos) que habían vivido muy acomodados hasta la fecha. La llegada de refuerzos como López-Pinto, Bebé y Davo ha sido un soplo de aire fresco y un subidón en el nivel. Jugadores en disposición de aportar desde el minuto cero, comprometidos y con hambre de hacer cosas importantes. Que se lo hagan mirar algunos que, afortunadamente, ya no están. O incluso otros que todavía quedan. A eso hay que sumarle, además, la recuperación de futbolistas como Mo Dauda y Roberto Olabe, que se han unido a filas.
El carácter ganador de Jémez, de líder en esta UD Ibiza, ha acabado calando en la plantilla. Ha sido el que ha provocado este cataclismo. No había otro camino. O lo tomas o lo dejas. O te subes al barco o te bajas. Jémez no va a medias. Y es algo que se agradece. Tiene esa pasión que en el fútbol moderno se echa en falta, en donde se ha perdido naturalidad y todo está mucho más encorsetado. O puerta grande o enfermería, como también ha dicho alguna vez.
Le queda rematar la faena con el ascenso a Segunda, pero ahora está en disposición de lograrlo como campeón, algo que por momentos llegó a parecer imposible. Pero con 14 partidos aún por delante, y dada la igualdad de la categoría, puede pasar de todo. El Ibiza, comandado por Jémez, quiere abrir la puerta grande. El próximo fin de semana, los isleños buscarán la quinta victoria consecutiva recibiendo al Atlético Sanluqueño, al que entrena José María Salmerón, que ha llegado recientemente como recambio de Mario Fuentes. Los buenos aficionados sabrán que ese es el técnico que dirigía al UCAM Murcia en aquella finalísima en Badajoz, que acabó con el único ascenso de la UD Ibiza a Segunda División. Quizás un guiño en el camino de esta temporada que se ha enderezado y que puede acabar siendo histórica de nuevo.