Sin gol no hay paraíso
El fútbol no entiende muchas veces de merecimientos. Es el gol el que dicta sentencia, el que desbloquea la victoria de uno u otro equipo en los partidos. Sin gol no hay paraíso. Este domingo, la UD Ibiza fue incapaz de perforar la portería rival, la de un Recreativo de Huelva que también estuvo falto de puntería y que tampoco aprovechó las ocasiones que tuvo. La consecuencia en Can Misses fue un empate a cero que resulta insuficiente para alcanzar los objetivos de ambas escuadras.
El bloque entrenado por Paco Jémez jugó, probablemente, la mejor primera parte de la temporada. Los isleños dominaron de cabo a rabo a un conjunto recreativistaempequeñecido. Coleccionaron ocasiones de gol suficientes como para haberse ido al descenso venciendo con claridad, pero no fue así. El buen fútbol exhibido, con un equilibrio defensa-ataque hasta ahora no visto, no tuvo el premio merecido. Los celestes fueron contundentes en defensa, con Monjonell y Guillem Molina actuando como mariscales y ganando todos sus duelos. Doménech y Jesús Álvarez fueron los creadores del juego de los ibicencos, Gallar tuvo algunos momentos de lucidez, Eugeni trabajó a destajo y Javi Jiménez y Astals fueron los correcaminos en las bandas. Por momentos, el Ibiza jugó muy bien, pero faltó la guinda.
En la segunda mitad, el Ibiza comenzó también mandando, pero ya no tuvo tanta claridad. Incluso, la cruceta, en un fenomenal disparo de Javi López-Pinto, uno de los refuerzos de invierno de los isleños, negó el tanto a los pitiusos. Luego los cambios revitalizaron a un Recre que en el tramo final tuvo también ocasiones muy claras para incluso haberse llevado los tres puntos. Pudo haber ganado cualquiera, pero no lo hizo ninguno. Cosas del fútbol cuando no entra la pelotita.
La falta de gol está siendo el principal problema de los celestes, que en el primer duelo de 2025 volvieron a defraudar en la definición. Todo sigue igual en ese apartado. El Ibiza es el segundo equipo que menos marca de toda la Primera RFEF. Quince dianas en diecinueve partidos es un registro pobre, casi ridículo para un conjunto que pretende lograr el ascenso a Segunda División. Sólo el Lugo, con trece tantos a favor, marca menos que los de Paco Jémez. Ese es el talón de Aquiles de un Ibiza que tiene toda la segunda vuelta para cambiar las cosas. Si no, será casi imposible que llegue el deseado regreso al fútbol profesional.
Deben aterrizar en la isla futbolistas con más capacidad anotadora que los que hay actualmente en la plantilla. Quizás se necesite más de un delantero, ya que con los que se cuenta actualmente ha quedado demostrado que no da. La mejoría de Quique, quien reconoció él mismo que deben mirarse el ombligo para lograr subir, no ha sido suficiente. No parece el indicado para ser el delantero titular de un equipo campeón. A pesar de su currículum y su trayectoria. Y, por supuesto, tampoco tiene rango de capitán general un Pau Ferrer que parece aún poco curtido para este tipo de responsabilidades.
Entre los nuevos, la llegada de López-Pinto parece haber dado aire fresco al extremo izquierdo. El jugador, en su estreno, demostró desborde y capacidad de sacrificio, dejando retratados a jugadores como Mo Dauda y Naranjo, que hasta la fecha han sido una auténtica decepción. Ausentes ambos frente al Recreativo, veremos si vuelven a vestir la camiseta del Ibiza. No han hecho méritos para enfundarse de nuevo la celeste.
Por otra parte, también resulta preocupante el rendimiento que ha ofrecido el equipo ibicenco jugando en casa. Los celestes son el cuarto peor equipo del grupo 2 jugando en su estadio. Sólo diez puntos en nueve partidos, con dos victorias, cuatro empates y tres derrotas. Además, el Ibiza ha marcado hasta la fecha ocho goles en Can Misses y también ha recibido ocho. El comportamiento a domicilio es mejor, con dieciséis puntos de treinta posibles.
Toca mejorar notablemente esas cifras. Primero, para meterse en un ‘play-off’ que afortunadamente está a sólo un punto de distancia. Y, segundo, para mantener vivo el sueño de alcanzar la primera plaza, que da el ascenso directo. Ahora mismo está a diez puntos y es casi un imposible, pero no se pueden bajar los brazos. La ocupa, con todo merecimiento, un Antequera excelso y que está siendo la gran revelación. Veremos cómo acaba todo. Porque no jugar ni siquiera la fase de ascenso sería un auténtico fracaso.