Tres puntos con oficio
La UD Ibiza volvió este domingo a ganar un partido después de dos jornadas consecutivas sin hacerlo. Los celestes vencieron al Intercity por la mínima, 0-1, y con un solitario gol de penalti transformado por Eugeni en la segunda mitad. El de Pep Lluís Martí no fue un equipo vistoso, como de costumbre esta temporada, pero sí que fue un conjunto sólido, ordenado y bien posicionado; además, también fue fiable en defensa yaprovechó una de las varias ocasiones de peligro que generó para sacar tres puntos a base de oficio.
Después del feo partido en casa frente al Atlético de Madrid, con pitos de la afición de Can Misses, se experimentó una leve, muy leve, mejoría. Esta vez el equipo derrochó trabajo y actitud para intentar mejorar la imagen. Esas dos exigencias son innegociables, mínimos para un equipo que quiera considerarse como tal. A partir de ahí se tiene que construir todo lo demás. Y en eso anda Martí, que parece que tiene todo el apoyo del presidente, Amadeo Salvo. Así lo dijo el dirigente días atrás en Radio Ibiza SER, donde se mostró convencido de que saldrá bien la apuesta por el técnico mallorquín en este curso 24-25.
Que el Ibiza aburre hasta a las ovejas no es nada nuevo, lo vemos todos. Es una constante que se repite desde el principio, y que se extiende hasta a campañas pasadas. Pero el bloque balear parece querer explotar sus puntos fuertes, que también los tiene. Lo dicen los números, no yo. Es el equipo menos goleado del grupo 2 de la Primera Federación, con cuatro goles encajados en nueve jornadas. En el otro grupo, la Cultural Leonesa, líder destacado, también tiene este mismo registro.
En Alicante, el Ibiza volvió a ser una roca granítica en defensa, que apenas sufrió embestidas del rival y que, una vez más, se apoyó en el que probablemente es uno de los mejores porteros de la categoría, Ramón Juan. El catalán no tuvo mucho trabajo, pero paró lo que tuvo parar para mantener su portería a cero. Y ya ha sido así en cinco ocasiones esta temporada. Eso también vale puntos.
El ataque ya es otro cantar. Ese es el punto flaco, el talón de Aquiles, de un Ibiza que necesita mejorar en la parcela ofensiva. Si las cuentas no me fallan, que soy de letras, el equipo pitiuso acumuló cinco tiros a puerta, más el del penalti que pararon claramente las manos de un defensa del Intercity. Falta definición y acierto, es una evidencia. Lo dicen también los números, que pueden ser muy fríos pero que no engañan a nadie. Sólo siete goles a favor es un registro muy pobre para un bloque que acumula jugadores a los que se le supone colmillo en ataque. Como a Quique González, que jugó casi todo el partido (por fin), y fue como una isla solitaria para los isleños. Se espera mucho más del delantero, que no ofreció nada nuevo para su escuadra. A ver cuándo vemos al mejor Quique. O a Gallar, que sólo jugó la primera parte. Muy desdibujado, el catalán se quedó en el banquillo en el descanso. No sabemos si por decisión técnica o porque tuvo algún problema físico.
Con estos mimbres, guste más o guste menos, el rendimiento que está sacándole Martí al Ibiza es bueno. Lo dicen otra vez los fríos números: cuatro victorias, cuatro empates y una sola derrota. Ha puntuado casi en el 89% de los partidos que ha disputado. Se llama regularidad. Y la regularidad, en una Liga tan igualada, se puede convertir en un ascenso a Segunda División.
Mientras tanto, en el camino, está el reto de encontrar el juego bonito que todo aficionado persigue. Y, mientras tanto, el Ibiza es colíder empatado a puntos con el Real Murcia, que está en lo más alto por mejor diferencia de goles. Esos goles que tanto necesita el Ibiza para ser más vistoso.